22 de mayo de 2015

Dinoficha: Baryonyx

Un cordial saludo a todos.

Tras más de un mes sin novedades en el blog, hoy éste se actualiza con la dinoficha de un terópodo muy peculiar e interesante. Es pariente del famoso Espinosaurio, siendo quizás uno de los miembros más conocidos de esa enigmática familia. Se trata del Baryonyx walkeri.

Baryonyx
 
Imagen del Museo de Historia Natural de Londres

Localización: Europa
Clasificación: Saurischia, Terópodo, Espinosáurido
Significado del nombre: Garra Pesada
Tamaño: 9 a 10 metros de largo
Período: Cretáceo
Dieta: Combinación de Piscívora y Carnívora

Características
El Baryonyx fue un terópodo relativamente grande, el cual alcanzaba una longitud probablemente cercana a los 10 metros, una altura de aproximadamente, 2.7 metros y un peso oscilante entre las 1.5 y las 2.7 toneladas. Una de sus características más sobresalientes es su cráneo alargado y de forma tubular en el que poseía mandíbulas parecidas a las de los cocodrilos, las cuales contaban con cerca de 96 dientes, según sugieren algunos expertos, contando con 32 en las mandíbulas superiores y con 64 en las inferiores. Estos dientes son más lisos, ampliados y proporcionalmente más pequeños que los que se aprecian en la mayoría de los terópodos y adoptan una forma cónica. Los más largos se encuentran al borde del morro, tras el cual se observa una diastema similar a la que poseen los cocodrilos. Estas características indican que sus mandíbulas estaban mejor adaptadas para la captura de presas escurridizas que para el desgarre de carne, ya que estas herramientas son útiles a la hora de atraparlas sin que éstas escapen. Otro rasgo inusual es el hecho de que las fosas nasales se ubican a casi 10 cm de la punta del hocico, estando más atrás que en el resto de los terópodos. Según algunos investigadores, es probable que el Baryonyx tuviese una pequeña cresta en la parte superior del cráneo, como la que se aprecia en varios de sus relativos. Su cuello era moderadamente largo y poco robusto con relación al de otros terópodos de gran tamaño y estaba posicionado casi paralelamente al suelo. Otra característica resaltante en este dinosaurio son las garras de 25 cm que se ubicaban en el primer dedo de sus patas delanteras. Cada una de éstas tenía una forma curva muy resaltada, asimilándose a un garfio. Si bien su uso es objeto de debate, es sabido que tenían una función importante en el estilo de vida del dinosaurio, idea que es reforzada por el hecho de que sus brazos también eran relativamente largos y fuertes. Las patas traseras eran largas y estaban compuestas por un fémur y una tibia moderadamente anchos y similares en longitud. Algunos paleontólogos especulan que éstas eran considerablemente fuertes y que pudieron haber sido útiles para nadar, valiéndose también de su cola para propulsarse en el agua.

Descubrimiento e Historia
Los primeros restos de Baryonyx fueron descubiertos en 1983 por el coleccionista de fósiles inglés, William Walker en un pozo de arcilla cerca de Ockley en Surrey, Inglaterra. Lo primero que divisó fue una enorme garra que sobresalía del suelo. Tras este hallazgo, comenzó a excavar el lugar junto a un equipo y desenterró un esqueleto parcial que incluía una buena parte del cráneo de la criatura. Tras extraer los huesos, los llevó al entonces llamado Museo Británico (hoy, el Museo de Historia Natural de Londres), donde sería estudiado durante los posteriores tres años y algunos paleontólogos pensarían que se trataba de un cocodrilo prehistórico o incluso, un rauisúquido cretácico. No obstante, en 1986, el desafiante fósil sería formalmente descrito por Alan Charig y Angela Milner, quienes lo nombrarían "Baryonyx walkeri", que quiere decir "Garra Pesada de Walker", en honor a su descubridor. Tras exhaustivas observaciones, Charig y Milner descubrieron que se trataba de un terópodo, pero muy inusual al cual clasificaron en una nueva familia llamada "Baryonychidae" (baryoníquidos). No sería hasta 1998 que, tras varios hallazgos y estudios no sólo centrados en el Baryonyx, sino también en algunos de sus relativos, éste sería reclasificado como un espinosáurido, grupo que fue nombrado 74 años antes. Desde entonces, se han extraído varios fósiles en su mayoría, fragmentarios no sólo en Inglaterra, sino también en España y Portugal.

Alimentación Especializada
El Baryonyx cuenta con características poco comunes para los estándares de un terópodo. La estructura de sus mandíbulas alargadas y la forma de sus dientes sugieren que más que para derribar presas de gran tamaño, este terópodo estaba hecho para capturar presas escurridizas. Los paleontólogos rápidamente notaron que sus mandíbulas eran similares a las de algunos cocodrilos, como el actual gavial y que parecen estar perfectamente adaptadas para atrapar peces. Esta idea se reforzó con el hallazgo de escamas y dientes de peces en la cavidad estomacal de la criatura, lo cual reveló que éstos constituían una parte importante de su alimentación. Es de tener en cuenta además que su entorno era considerablemente húmedo y que restos de peces de hasta 3 metros de largo se han encontrado en las cercanías de sus fósiles, pudiendo haber sido una presa común para un piscívoro de gran tamaño, como probablemente lo fue el Baryonyx. Probablemente, el Baryonyx internaba la parte delantera de su hocico en el agua mientras sus fosas nasales sobresalían, permitiéndole respirar mientras atrapaba a su presa. La diastema en su morro era útil para incrustar cualquier pez en sus mandíbulas sin que éste escapara. No obstante, es sabido que la alimentación del Baryonyx no estaba restringida a la ictiofagia. Los huesos de lo que probablemente fue un ejemplar joven de Iguanodón fueron descubiertos entre las costillas del esqueleto de Baryonyx junto a los fósiles de peces. Si bien la mayoría de los paleontólogos sugiere que el Iguanodón ya estaba muerto cuando el Baryonyx comenzó a alimentarse de él, un estudio publicado en 2013 indicó que las mandíbulas del Baryonyx podían resistir más fuerza que la del gavial actual, siendo comparables a las del cocodrilo de hocico estrecho africano, por lo que es posible que el Baryonyx también pudiese cazar animales de tamaño medio.

Garras de Garfio
El Baryonyx tenía brazos relativamente fuertes en los que, como en la mayoría de los terópodos, contaba con manos provistas de tres dedos. En el primero de éstos poseía una garra de 25 cm de largo, la cual tenía forma de garfio. Algunos científicos han sugerido que ésta era útil para capturar presas potenciales, como por ejemplo, peces. No obstante, existe controversia en el asunto y actualmente es más aceptada la idea de que el Baryonyx usara sus garras, más que para capturar a su presa, para sujetarla y desgarrarla una vez el animal la capturaba con su hocico, de modo que las garras serían utilizadas para esquilar la carne de las mismas, pues sus dientes no parecían estar diseñados para este fin.

Hábitat
El Baryonyx habitó en lo que actualmente es Inglaterra y parte de la Península Ibérica desde hace cerca de 130 millones de años hasta hace aproximadamente, 125 millones de años, a principios del período cretácico. Durante ese tiempo, Europa estaba dividida en varias islas de diferente extensión, las cuales estaban separadas del continente en la región oriental por un mar poco profundo al que los geólogos conocen como el Mar de Tetis. Éste era un lugar predominantemente pantanoso que disfrutaba de un clima cálido durante todo el año y era abundante en diferentes tipos de coníferas, arecáceas y helechos. Lo que hoy es Inglaterra estaba unido a la actual Península Ibérica y en ese entonces su superficie consistía en el delta de una serie de ríos vinculados a un estuario conocido como el Lago Wealden. En este mundo húmedo y denso, el Baryonyx aprovechaba la abundante fauna acuática que allí se desarrollaba y coexistía con otros terópodos, como el Neovénator y el Eotyrannus, así como con ornitópodos, como el Iguanodón y el Hypsilophodon y con saurópodos, como el Pelorosaurio.

Comportamiento

Debido a la escasez de material, es poco lo que se sabe sobre el comportamiento del Baronyx. Sin embargo, al considerar que este terópodo, como todos los espinosáuridos, parece compartir varias características con los cocodrilos y que su dieta consistía mayormente en peces, los paleontólogos sugieren que éste pasaba la mayor parte de su vida cerca de los grandes cuerpos de agua, alimentándose de fauna acuática, de los restos de animales que morían allí y posiblemente, de otros dinosaurios de tamaño medio.  Existe duda sobre la conducta social del Baryonyx. Algunos opinan que como algunos cocodrilos, el Baryonyx pudo haber convivido en pequeños grupos. Otros opinan que, debido al tipo de presas que tendía a cazar, prefería optar por un estilo de vida solitario. Independientemente del comportamiento social que asumía habitualmente, es posible que como se ve en algunos cocodrilos actuales, en la época de reproducción, el Baryonyx se reuniera en grupos donde los machos se reproducirían con varias hembras y viceversa y que una vez finalizado el apareamiento, las hembras serían las que tendrían que velar por el desarrollo y cuidado de las crías durante un período de tiempo determinado después del cual incluso podría llegar a verlos como alimento.