Coelophysis
Ilustración de Sergey Krasovskiy
Localización:
Estados Unidos, Norteamérica
Clasificación:
Saurischia, Terópodo, Coelofísidos
Significado
del nombre: “Forma Hueca”
Tamaño:
1.5 a 3 metros de largo
Período:
Triásico
Dieta:
Carnívoro
Características
El
Coelophysis se conoce por una gran cantidad de fósiles. Este pequeño dinosaurio
carnívoro tenía una cabeza alargada y puntiaguda en la que resaltaban
mandíbulas en las que se alineaban docenas de pequeños y afilados dientes.
Presentaba también cavidades orbitales relativamente grandes, lo que sugiere un
agudo sentido de la vista. Su cuello era largo y tenía forma de “S” , lo que lo
hacía más flexible. Las patas posteriores del Coelophysis también eran largas y
fuertes. Además, como lo indica su nombre, sus huesos eran huecos, lo que
reducía su peso y le proporcionaba una constitución óptima para movimientos
rápidos. Sus miembros delanteros eran más cortos que los traseros, pero eran lo
suficientemente largos para proveerle la capacidad de sujetar a su presa. Los
dedos de las patas delanteras estaban adaptados para manipular su alimento. Se
han encontrado ciertas diferencias entre varios especímenes encontrados.
Algunos fósiles parecen tener una estructura más robusta y otros parecen ser
más gráciles. Los paleontólogos opinan que puede tratarse de una diferencia
entre macho y hembra. A pesar de ser un dinosaurio primitivo, su estructura
empezaba a asimilarse a la de los terópodos avanzados.
Descubrimiento
e Historia
El
Coelophysis fue descubierto al sudoeste de los Estados Unidos en el año 1881
por David Baldwin, quien había trabajado alguna vez para Othniel Charles Marsh
y más tarde para Edward Drinker Cope, los dos paleontólogos que dieron origen a
la “Gerra de los Huesos”. Ocho años más tarde, en 1889, fue nombrado por Edward
D. Cope. Los primeros fósiles de este dinosaurio no permitieron dar una imagen
muy detallada del animal. Sin embargo, hoy en día hay más fósiles de este
terópodo que de cualquier otro dinosaurio conocido. La mayoría de estos fósiles
son provenientes de una cantera de Ghost Ranch (Rancho Fantasma), Nuevo México,
donde en 1947 se encontraron camas de huesos repletas de fósiles de este
dinosaurio. Algo sumamente sorprendente es que gran parte de estos fósiles son
esqueletos completos, lo que proporciona una visión más clara del aspecto de
este pequeño dinosaurio carnívoro. La gran concentración de fósiles en este
lugar sugiere que la causa de su muerte se pudo haber debido a fenómenos
naturales como una inundación repentina. Los numerosos fósiles de Coelophysis
hallados en Ghost Ranch han proveído a la paleontología el diagnóstico de toda
la especie, sustituyendo al primer fósil descubierto por Baldwin en 1881. Desde
el hallazgo en Nuevo México, se han encontrado fósiles de Coelophysis en otros
estados como Arizona y Utah. De hecho, se cree que un yacimiento de huellas
encontradas en Connecticut pudo haber pertenecido también al Coelophysis, pero
aún no hay suficientes pruebas para probar esta hipótesis. Un dato sorprendente
que se atribuye al Coelophysis además del firme record como el dinosaurio del cual
se han hallado más fósiles, es el hecho de que también fue el primer dinosaurio
en viajar al espacio exterior. En 1998 un cráneo de Coelophysis fue llevado a
bordo del transbordador “Endeavour” a la estación espacial de Mir, luego de
haber viajado 6,000,000 kilómetros en torno a la Tierra, convirtiéndolo en el
primer dinosaurio en asomar la cabeza fuera del planeta.
¿Canibal?
Entre
los especímenes descubiertos en Ghost Ranch, algunos fueron objeto de gran
atención para los paleontólogos, pues fueron encontrado con lo que parecían ser
ejemplares jóvenes de la misma especie en la zona donde se ubicaría el estómago.
Al principio, se pensó que las crías habían roto el cascarón del huevo antes
del nacimiento, como suele suceder con algunas especies de tiburones, pero en algunos
casos, los esqueletos eran muy grandes para tratarse de un recién nacido. De
modo que la mejor explicación a la que llegaron los paleontólogos es que el espécimen adulto había devorado al joven, sugiriendo
comportamiento caníbal. Sin embargo, actualmente hay controversia sobre si el
animal visto dentro de este espécimen es realmente una cría o si se trata de
otra especie. Actualmente, se piensa que estos supuestos individuos jóvenes en
realidad se tratan de una especie de crurotarsio, mas aún son necesarias
más pruebas para determinar esto a ciencia cierta.
Hábitat
El
Coelophysis vivió desde hace 225 a 215 millones de años atrás, a finales del
período Triásico. El hábitat de este terópodo primitivo estaba principalmente
constituido por bosques secos que crecían en áreas montañosas. En dichas áreas
nacían grandes ríos de agua dulce que bañaban y alimentaban los bosques.
Durante la estación húmeda, éstos producían torrentes que arrasaban con todo a
su paso incluyendo dinosaurios como el Coelophysis. A pesar de los diversos
monzones que se formaban ocasionalmente, la sequía predominaba en la mayor parte
de la zona y la estación seca era constante y tendía a ser muy duradera. Ésta
constituía el mayor peligro en las regiones de lo que hoy conocemos como
Norteamérica. En este mundo seco y abundante en coníferas, el Coelophysis
luchaba por sobrevivir habitando en grandes grupos junto a criaturas como las Plaquerias, el
Demastosuchus, el Rutriodón y el Postosuchus, los cuales no eran
dinosaurios.
Comportamiento
El
Coelophysis ciertamente estaba diseñado para la velocidad. Esto era de gran
ayuda al momento de perseguir y atrapar a sus presas que en su mayoría debieron
consistir en animales pequeños y escurridizos, como pequeños mamíferos,
reptiles, insectos, peces y otros dinosaurios pequeños, y para escapar de de
los grandes depredadores que vagaban por ese tiempo como los fitosaurios y los
rauisúquidos. El hallazgo de Ghost Ranch, Nuevo México consiste quizá en unos
mil individuos jóvenes y adultos posiblemente pertenecientes a grupos estructurados.
Esto permite teorizar que el Coelophysis era una criatura sociable que podría
vivir desde pequeños grupos de menos de diez ejemplares hasta en grandes
manadas de docenas de individuos en los que todos podrían haber cooperado para
proteger a sus crías y facilitar la obtención de alimento. Sin embargo, debido
a la hostilidad del ecosistema del que formaban parte, es posible que los
miembros del grupo lucharan entre sí por el alimento y el derecho a
reproducirse. Por otra parte, también es posible que en tiempos de
desesperación, la especie practicara el canibalismo, pero son necesarios
estudios más minuciosos que arrojen nueva luz sobre esta posibilidad.
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