24 de abril de 2011

Velociraptor ¿Un cazador exclusivamente nocturno?

El pasado jueves14 de abril, la revista Science publicó el estudio de un equipo de investigadores, compuesto por Ryosuke Motani y Lars Schmitz, de la Universidad UC Davis, el cual consistió en un minucioso análisis sobre la estructura ocular de unos 33 fósiles de dinosaurios, entre los que se incluye material del famoso Velociraptor mongoliensis.

El punto de partida de los científicos lo fue la medición del llamado "anillo escleral", un aro óseo que cubre la parte del iris y la pupila de varios animales, y que muchos consideran como un indicador del tamaño de la última. La premisa de Motani y Schmitz se basa en el principio de que los animales que están activos mayormente durante el día, tienen una apertura más pequeña del anillo escleral, mientras que los de hábitos nocturnos, tienen una más amplia. Teniendo esto en cuenta, los investigadores compararon la cavidad escleral de sus 33 especímenes con la de 164 lagartos y aves modernas.

El resultado reveló que el Velociraptor y algunos dinosaurios similares no sólo eran capaces de ver en la oscuridad, sino que dependían de eso. En anillo escaleral visto en la fosa orbital del Velociraptor llevó a los investigadores a concluir que este pequeño terópodo era un depredador que tendía a aprovechar la oscuridad de la noche, más que la luz del día para realizar sus actividades de caza y alimentación.

Por supuesto, la posibilidad de que varios dinosaurios, como los dromeosáuridos (la familia a la que pertenece el Velociraptor) estuviesen escrupulosamente adaptados para llevar una vida mayormente nocturna ya había sido propuesta y parcialmente aceptada. La mayoría de estas especulaciones estaban exclusivamente basadas en el tamaño de la órbita de varios ejemplares, como por ejemplo, el Troodón y el Leaellynasaura. No obstante, este es el primer estudio realizado sobre la capacidad de algunos dinosaurios para ver en la oscuridad.

Dicho esto, la idea de que el Velociraptor haya sido un depredador excepcionalmente nocturno no parece ser del todo exagerada. Después de todo, dinosaurios tan astutos como el Velociraptor y sus semejantes, sin duda hubiesen tomado ventaja sobre sus presas, asaltando desde todas direcciones en la oscuridad de la noche, además de aumentar sus posibilidades de caza, evitando la competencia por el alimento contra otros depredadores e incluso, el convertirse en presas de los terópodos más grandes, como el Tarbosaurio y el Zhuchengtyrannus.

17 de abril de 2011

Teropodoinforme de la 1ra Mitad de Abril

Muy buenas, apreciados lectores. Como ya sabrán, no he podido atender el blog muy a menudo por cuestiones de agenda, pero les traigo hoy estas tres noticias que componen el informe de la mitad de abril. Imagino que muchos estarán ansiosos por la llegada de mayo para disfrutar del nuevo juego de Jurassic Park, de la serie "Terra Nova" y del documental "Reign of the Dinosaurs". Para aquellos interesados en la paleontología a quienes les cuesta esperar, espero estas noticias sirvan para calmar un poco las ansias y por supuesto, para su disfrute y su interés.

El Zhuchengtyrannus saluda desde China

El 1ro de abril fue publicado el descubrimiento de un primo cercano del T-rex, desconocido por la ciencia hasta entonces. Se trata de un tiranosáurido de quizá, 11 metros de largo, 4 de alto y de unas 4.7 a 6 toneladas de peso, que pudo haber competido con el ya conocido Tarbosaurio por alimento y hasta por territorio. Los fósiles encontrados de este nuevo gigante tan sólo consisten en una parte de la mandíbula superior y la porción del cojinete dental de la mandíbula inferior. Estos restos fue recuperado en una cantera cercana a la ciudad de Zhucheng, en la provincia china de Shandong, no muy lejos de donde el Shantungosaurus fue descubierto, cantera que data de hace poco más de 73.5 millones años. Por tal razón, el nuevo gran terópodo asiático recibió el nombre de “Zhuchengtyrannus magnus”, literalmente, el gran tirano de Zhucheng. El honor de este gran descubrimiento se lo llevó el paleontólogo Dave Hone, quien aseguró que el Zhuchengtyrannus no había sido encontrado sólo. Así es. Junto los restos del Zhuchengtyrannus, se encontraron los fósiles de otro tiranosáurido, el cual aún no ha sido descrito.

Hone también asegura que ya se tenían registros fósiles del Zhuchengtyrannus, incluyendo dientes aislados y un hueso del dedo del pie, pero dicho material no fue suficiente para proveer una descripción moderadamente formal sobre este dinosaurio, de modo que las nuevas piezas del rompecabezas (las del cráneo) proporcionan las pistas necesarias para saber que el Zhuchengtyrannus era una especie diferente de otros grandes tiranosáuridos como el Tarbosaurio y el nuevo ejemplar no identificado, encontrado en sus cercanías.


Reconstrucción del Zhuchengtyrannus


Mandíbula inferior del Zhuchengtyrannus


El Misterio del Nanotyrannus Continúa

Un nuevo estudio llevado a cabo en el Museo de Historia Natural de Cleveland por los anatomistas Lawrence Witmer y Ryan Ridgely reveló nuevas pistas sobre la controversial identidad del fósil apodado “Jane”, el cual se exhibe en el Museo Burpee de Historia Natural en Rockford, Illinois. Los científicos han publicado un documento sobre la validez del cráneo (la única pieza recuperada de este ejemplar) tras someterlo al C-T Scan, seguido por un análisis de computadora para la visualización tridimensional del mismo. Este estudio confirmó que el cráneo muestra varios rasgos vistos en el Tiranosaurio rex, (u otra especie de tiranosáurido conocida o desconocida) pero además, ofrece otros que demuestran que era un tiranosáurido mucho más basal. Es decir, se han encontrado diferencias radicales entre el Tiranosaurio rex y el posible Nanotyrannus lancensis, (a pesar de las muchas similitudes que comparten) las cuales podrían llegar a comprobar la validez de esta segunda especie. Es posible que algunas de estas diferencias pudieran atribuirse al estilo de vida de ambos animales.

De acuerdo a los expertos, algunas características del cráneo de “Jane” son difíciles de atribuir al factor juventud (ontogenia), proporcionando pruebas de que “Jane” haya sido un animal adulto o casi adulto y aumentando las posibilidades de que “Nanotyrannus” haya sido un género válido. No obstante, esto no resuelve la controversia. A pesar de las nuevas pistas reveladas en este experimento casi confirman la validez de la especie Nanotyrannus lancensis, aún hay quien piensa que las diferencias vistas entre el cráneo de “Jane” y el T-rex (adulto) se deben meramente a cambios ocurridos durante el crecimiento del animal.

Este no es el primer estudio realizado sobre la validez del cráneo de “Jane”, pero es hasta ahora el más detallado. A pesar de que no responde a las interrogantes de mayor rigor, arroja nueva luz sobre el extenso dilema que ha intrigado a los paleontólogos por años. Mientras la posibilidad de que “Jane” haya sido un ejemplar juvenil de T-rex fue la más considerada durante la última década, esta nueva investigación balancea ambas teorías al nivel de anular la idea de descartar alguna de las dos posibilidades. Por tal razón, la pregunta “¿Es el Nanotyrannus un género válido?” debe ahora cambiar a “¿Las diferencias observadas podrían realmente ser atribuidas o no al factor juventud?” La respuesta requiere, como es sabido, de más pruebas que surjan de la investigación de campo, más que de la de laboratorio.

Fotografías tridimensionales en CT del cráneo de "Jane"


Nuevo Terópodo Basal en Norteamérica

El descubrimiento de los fósiles de un terópodo primitivo que merodeó el oeste de los Estados Unidos hace más de 200 millones de años otorga a la ciencia nuevas pistas sobre el inicio del éxito de los dinosaurios. Se trata de un pequeño carnívoro que recibió el nombre “Daemonosaurus chauliodus” y cuyos fósiles presentan rasgos únicos entre todos los dinosaurios que se han encontrado en sedimentos triásicos. Este terópodo basal fue descrito por Hans-Dieter Sues, comisario de paleontología de vertebrados en el Museo Nacional Smithsoniano de Historia Natural y por ss colegas, Sterling Nesbitt, David Berman and Amy Henrici, quienes reportaron el descubrimiento en la edición del miércoles 13 de abril de la publicación de la Proceedings of the Royal Society B. Debido a que encontraron sólo la cabeza y elcuello de la criatura, los paleontólogos no están seguros de su tamaño exacto, pero consideran que habría medido de uno a dos metros de longitud. Sin embargo, lo que más ha cautivado a los investigadores son las características del cráneo y las pistas que éstas ofrecen.

“El hocico corto y los dientes curvos hacia atrás en el Daemonosaurus chauliodus nunca antes habían aparecido en un dinosaurio del Triásico.”, asegura Sues.

El nuevo descubrimiento no sólo ofrece pistas sobre cómo se movilizaron los dinosaurios hacia diversas partes del mundo, sino que también parece representar un lugar muy importante en la línea que divide el período de tiempo que separa la aparición de los dinosaurios en el Hemisferio Sur y el inicio de su éxito en el Hemisferio Norte.


"'Las características del cráneo y cuello del Daemonosaurus indican que fue un elemento intermedio entre los primeros dinosaurios depredadores conocidos, de Sudamérica, y los terópodos más avanzados. Una de esas características es la presencia de cavidades en algunas de las vértebras del cuello relacionadas con la estructura del sistema respiratorio." dijo Sues.

El Daemonosaurus fue encontrado en la localidad de Ghost Ranch en el estado de New México, lugar famoso por la gran cantidad de fósiles de Coelofisys ahí encontrados, un dinosaurio un poco más avanzado, con el que posiblemente el Daemonosaurus haya coexistido. Por tal razón, el nuevo terópodo representa un lugar clave entre la brecha del origen de los dinosaurios, de su expansión territorial y de su camino hacia el dominio.

Es posible que, junto al Tawa (un terópodo basal que vivió antes que el Daemonosaurus), el Daemonosaurus proporcione una gran cantidad de piezas para rellenar una buena porción de este misterioso rompecabezas. No obstante, su simple descubrimiento es indicio de que hay muchos dinosaurios basales por descubrir aún.

Reconstrucción del Daemonosaurus