16 de diciembre de 2009

¡Digan hola al Tawa!

Grandes noticias, apreciados amigos.

Recientemente salió a la luz una nueva especie de terópodo triásico pero no uno cualquiera. Se trata de uno muy primitivo, estando emparentado con el Herrerasaurio ischigualastensis y con los neoterópodos basales. Descubierto en el año 2004, en Ghost Ranch, al norte de Nuevo México por un equipo del Museo Americano de Historia Natural y nombrado por el paleontólogo Sterling Nesbitt con el nombre de “Tawa hallae”, en honor de la palabra hopi para el dios del sol “Tawa” con su binomial “hallae” haciendo referencia a la paleontóloga aficionada Ruth Hall, el nuevo descubrimiento ha revelado nuevas pistas sobre cómo los dinosaurios comenzaron a dispersarse por el mundo pero sobre todo, cómo empezaron a dominarlo. Con 214 millones de años de antigüedad, este nuevo dinosaurio probablemente perteneciente al conjunto neoterópodo, compartió su hábitat con otros terópodos primitivos pero más “complejos” que él como el Coelofysis bauri y el Gojirasaurio quayi. Sin embargo, este carnívoro de 2 metros de largo y 70 centímetros de altura está mayormente relacionado con un grupo más distante, no sólo en términos geográficos, sino separado por millones de años de antigüedad. El Tawa está emparentado con los herrerasáuridos, los cuales alguna vez estuvieron bajo la controversia sobre si pertenecían o no al linaje terópodo, quedando ahora definitivamente incluidos en el mismo. Es sabido que este grupo es originario de Sudamérica y que además es uno de los más primitivos de los que se tenga conocimiento, por lo que el Tawa no sólo refuerza la teoría de que los dinosaurios tuvieron su origen en América del Sur, sino también da a conocer que éstos comenzaron a esparcirse a por el mundo a un ritmo bastante rápido. Además, este nuevo terópodo también podría revelar mucho sobre cómo los dinosaurios lograron su éxito durante la Era Mesozoica, tras poblar y conquistar gran parte del planeta durante el período Triásico, lo cual fue uno de los factores que los convirtió en las criaturas dominantes de su época.

¡He aquí al Tawa hallae!




Les dejo aquí el artículo para más detalles: http://www.rionegro.com.ar/diario/2009/12/12/1260584217158.php

La Verdadera Cara del Espinosaurio

Aquellos que hayan visto la película "Jurassic Park III", seguramente recordarán la famosa escena de la lucha entre el Espinosaurio y el T-rex, en la cual, el Espinosaurio sale triunfante al morder a su oponente en el cuello y consecuentemente, doblárselo con sus patas delanteras. Pero, ¿cuál es la realidad? ¿Era el Espinosaurio realmente capaz de derribar animales de gran tamaño?


Para responder a estas interrogantes hay que tener en cuenta la anatomía de este titán. Pero lamentablemente, no disponemos del material suficiente para hacer una reconstrucción adecuada del mismo. Sin embargo, tenemos restos de otros miembros de la familia a la que perteneció este carnívoro gigante, los espinosáuridos, que ofrecen pistas de cómo lucía esta criatura en vida. Por ejemplo, el Baryonyx y el Suchomimus. Ambos presentaban brazos lo suficientemente largos y fuertes como para manipular alimento, pero los huesos no presentaban una disposición que les permitiera realizar movimientos demasiado bruscos, por lo que es muy poco probable que estos dinosaurios, así como otros grandes terópodos en los que se ve un patrón similar, como los allosáuridos y los carcharodontosáuridos aplicaran maniobras altamente dinámicas, como “llaves de lucha libre”. Éstas parecían estar mejor diseñadas para sujetar, apuñalar o rasgar a sus víctimas.

Otro factor interesante es la mandíbula. Los espinosáuridos se caracterizan por poseer mandíbulas similares a las de los cocodrilos, pero más estrechas, achatadas y alargadas, adoptando forma tubular. Éstas cuentan con adaptaciones poco comunes en otros dinosaurios carnívoros. Por ejemplo, los dientes más largos se ubicaban en la parte delantera las mismas y presentaban una diastema (una inclinación curvada en la que la cantidad y el tamaño de los dientes se reduce) en las mandíbulas superiores, siendo éstas adaptaciones formidables para atrapar a sus presas sin que éstas escaparan. Por otro lado, en algunos casos, la nariz estaba ubicada en la parte posterior del hocico. Estas pistas dan a entender que este grupo de dinosaurios poseía una alimentación distinta a la de otros terópodos de gran tamaño. Entonces, ¿qué comían?

Los propios fósiles nos ofrecen una respuesta. Al estudiar minuciosamente el diseño craneal de estos terópodos, los paleontólogos advirtieron que esta estructura mandibular es típicamente vista en animales cuya dieta es mayormente piscívora y de hecho, así lo prueban los restos de un Baryonyx que fueron encontrados con fósiles de peces dentro de la cavidad estomacal del dinosaurio, incluyendo escamas de peces a medio digerir. Por si fuera poco, los restos de espinosáuridos por lo general son descubiertos en zonas que hoy se sabe, eran muy húmedas en el tiempo en que estos dinosaurios las habitaban, lo que coincide con este planteamiento. Estos descubrimientos han dado a conocer que los peces constituían una importante fuente de alimentación para los espinosáuridos, si no la más importante. No obstante, los restos de lo que aparenta ser una cría de Iguanodón fueron encontrados en la cavidad estomacal del Baryonyx. Por otro lado, los fósiles de un espinosáurido llamado Irritator fueron encontrados cerca de un yacimiento de fósiles de pterosaurios en Brasil y más sorprendente aún, se descubrieron restos de una vértebra de pterosaurio con un diente de espinosáurido incrustado, sugiriendo la posibilidad de que este grupo de dinosaurios se haya alimentado de éstos. Estos hallazgos sugieren que los espinosáuridos no eran exclusivamente ictiófagos, sino que también se alimentaban de animales terrestres, incluyendo otros dinosaurios, adoptando así una dieta muy variada.

Sin embargo, basándose en la forma,  diseño y ligera constitución del cráneo de estos dinosaurios, los paleontólogos determinan que sus mandíbulas eran considerablemente más débiles que las vistas en otros dinosaurios terópodos. Del mismo modo, señalan que el cuello era más largo y flexible que en la mayoría de los terópodos de gran tamaño, otorgándole mayor agilidad al mover la cabeza. No obstante, esto implicaría músculos más reducidos, lo que a su vez restaría fuerza a las mandíbulas, siendo este rasgo consistente con la posesión de una estructura mandibular limitada en fuerza. Para confirmarlo, se llevó a cabo un estudio basado en la estructura ósea de las mandíbulas del Baryonyx. El experimento demostró que el animal no podría usar su boca para atacar presas de gran tamaño sin sufrir heridas severas en la misma, del mismo modo que ocurriría con un gavial (una especie de cocodrilo que sólo puede alimentarse de peces y fauna de tamaño menor). Al realizar estudios como este, los expertos determinaron que la estructura mandibular de los espinosáuridos no era lo suficientemente fuerte para abatir animales grandes en proporción a su tamaño, mas en cambio, era perfecta para capturar animales escurridizos y relativamente limitados en tamaño y fuerza, por lo que es probable que los espinosáuridos basaran su dieta mayormente en animales relativamente pequeños.

Los hallazgos hechos hasta el momento parecen apoyar esta teoría, sugiriendo que la familia de los espinosáuridos se caracterizaba por poseer una dieta mayormente consistente en peces, aunque también en otros animales de menor tamaño y pese al escaso material que conservamos del Espinosaurio, las similitudes entre este gigante y sus parientes apuntan a que éste no tuvo un estilo de vida muy diferente. De hecho, se han encontrado pruebas que validan esta hipótesis. Por ejemplo, en las cercanías de sus fósiles, se han encontrado restos de cocodrilos, peces y otros animales acuáticos, sugiriendo así, que este carnívoro vivía en las cercanías de cuerpos de agua. Además, fósiles de pterosaurios han sido hallados en los sitios de excavación en donde suelen recuperarse restos de Espinosaurio y más importante aún, restos de peces han sido encontrados entre los fósiles del dinosaurio, lo que indica que este coloso probablemente empleaba los mismos hábitos alimenticios que sus primos menores. Estos hallazgos permiten a los científicos afirmar que lo que actualmente es el desierto del Sahara, durante mediados del Período Cretácico era un conjunto de llanuras pantanosas y pequeños bosques tropicales, los cuales disfrutaban de un clima cálido y estable durante la mayor parte del año. ¿Cómo es esto posible?


Para contestar esta pregunta debemos conocer cómo era el mundo en la época del Espinosaurio. A mediados del Cretáceo, lo que es hoy el norte de África colindaba al Oeste con Brasil y al Norte con una pequeña parte de Europa. En ese entonces, el continente estaba un poco más al Sur de donde podemos verlo en los mapas de hoy. Además, se sabe que este lugar tenía acceso a la costa marítima, posiblemente, por el Norte, el Este y el Sudoeste. Esta ubicación geográfica le daba a la parte norte del continente africano un clima cálido, húmedo y frondoso. Esto permitía el desarrollo de un ecosistema acuático muy variado y abundante, proporcionando el hábitat ideal para un animal perfectamente adaptado para la ictiofagia. No obstante, sabemos que al igual que sus relativos, el Espinosaurio, a pesar de ser principalmente piscívoro, probablemente no se limitada a alimentarse exclusivamente de fauna acuática. Entonces, ¿qué hay de las presas terrestres? Es de considerar que en el entorno del Espinosaurio, también abundaban diversas especies de dinosaurios herbívoros, incluyendo grandes saurópodos e iguanodóntidos. Sin embargo, es poco probable que éstos formaran parte del menú de un depredador con una estructura mandibular estrecha y limitada en fuerza. No obstante, si bien es cierto que algunas de las presas disponibles eran demasiado arduas para un depredador especializado para cazar peces y criaturas escurridizas, es posible que los individuos jóvenes fuesen un blanco bastante común. Pero al habitar en un ecosistema tan rico en fauna acuática ¿por qué recurrir a este tipo de presas?

Para explicar esto, cabe destacar que los niveles de oxígeno eran considerablemente más elevados en la Era Mesozoica y que a mediados del período Cretáceo, el continente africano (a pesar de estar ubicado relativamente más al Sur de lo que está hoy en día) aún estaba cerca de la línea del Ecuador, lo que le daba también zonas poco frondosas, además de los pantanos tropicales y sistemas de agua dulce que allí predominaban. Además, es muy probable que estos hábitats pudieran haber sido azotados por sequías duraderas. No obstante, los paleontólogos especulan que la “vela dorsal” del Espinosaurio funcionaba como un aparato orgánico de termorregulación que ayudaba al animal a mantener una temperatura corporal adecuada (aunque se sugiere también que pudo haber sido utilizada como medio de exhibición para atemorizar a sus enemigos, atraer pareja o bien, todas estas funciones). Esto sería posible gracias a la presencia de vasos sanguíneos en esta estructura ósea que pudieron haber servido para absorber o expulsar calor. Además, se han encontrado fósiles de otros dinosaurios que poseían una estructura similar, los cuales, compartieron su entorno con este carnívoro, lo que fortalece esta explicación. Estas pruebas permiten a los científicos insinuar que el Espinosaurio utilizaba esta adaptación para absorber o liberar el calor y de esta forma, regular su temperatura corporal. Esta adaptación sería especialmente útil durante la sequía, lo que ha llevado a los paleontólogos a considerar que el Espinosaurio pudo haber sido un animal migratorio que recorría grandes distancias durante la estación seca, en busca de mejores posibilidades de sobrevivir.

Partiendo de esta perspectiva, es razonable decir que durante las primeras semanas de la estación seca, a medida que los pantanos que se formaban en las llanuras centrales del norte de África se convertían en terrenos secos y poco abundantes en vegetación, el Espinosaurio podría aprovechar la cantidad de peces y otros animales acuáticos muertos que quedaban varados en la tierra cuando los ríos y los lagos se secaban, antes de que gran parte de la fauna acuática pudiera movilizarse a las zonas más húmedas o cercanas a la costa marítima, como manglares y lagunas costeras, donde los niveles del agua eran más estables. Sin embargo, para un animal con una adaptación que le permitía regular su temperatura corporal, esta migración resultaría más sencilla, por lo que luego de aprovechar los últimos restos, es posible que el Espinosaurio se movilizara a las costas marítimas debido a la escases de su principal fuente de alimento. No obstante, dicha movilización implicaría cruzarse con las manadas de dinosaurios herbívoros que también se veían obligados a migrar a zonas más exuberantes debido a la insuficiencia de vegetación. Posiblemente, el Espinosaurio daba persecución a estas manadas y se infiltraba en ellas para cazar a los miembros más jóvenes durante su trayecto a las costas marítimas. Una vez allí, permanecería alimentándose de los recursos disponibles hasta los inicios de la estación húmeda, la cual, causaría inestabilidad en la marea, obligando a la fauna marina a moverse a zonas más profundas y a la dulceacuícola, a regresar a los ríos y cuerpos de agua centrales, y tras ellos, viajaría el Espinosaurio. Por otro lado, es posible que este carnívoro no siempre tuviera que esperar a la sequía para alimentarse de fauna terrestre. Posiblemente, cuando alguna presa desprevenida, como la cría de algún otro dinosaurio anduviera en las cercanías, el Espinosaurio no dudaría en lanzarse al ataque (un comportamiento típico de los cocodrilos como el gavial). Estas estrategias alimenticias también explicarían el fósil del joven Iguanodón encontrado entre las costillas del Baryonyx.


A pesar de las adaptaciones que impiden al Espinosaurio abatir presas de gran tamaño, sería imposible que un animal tan grande pudiera sobrevivir alimentándose únicamente de peces y de otros animales pequeños en comparación, ya que aunque estaría recibiendo una buena cantidad de nutrientes, la captura de presas no siempre es algo sencillo ni mucho menos, inhibido de disipación de energía. De modo que un animal de semejante tamaño necesitaría consumir una gran cantidad de alimento para saciar su enorme apetito, por lo que otro aspecto a considerar es la posibilidad de que el Espinosaurio y el resto de su familia practicaran la necrofagia. La carne en descomposición comienza a perder su valor nutricional en un corto período de tiempo, pero podría ayudar a un animal a satisfacer su apetito. Al combinar la dieta piscívora con el consumo de carroña, el Espinosaurio estaría llevando a cabo un balance alimenticio que además de permitirle recibir la nutrición necesaria, también lo ayudaría a sentirse satisfecho. Para un espinosáurido, no sería ningún problema alimentarse de animales muertos o bien, ya cazados por otro depredador. En el caso del Espinosaurio, podría hacer uso de su gran tamaño y de igual manera, utilizar su vela dorsal para parecer más grande aún de lo que es y de esta forma, ahuyentar a otros carnívoros que ya estén alimentándose de una carcasa.


En conclusión, podemos afirmar que el Espinosaurio, así como sus parientes, estaba hecho para llevar una dieta piscívora combinada con una carnívora, algo poco común y quizá, único en los terópodos gigantes. Este animal poseía adaptaciones que le permitían capturar animales ágiles y escurridizos más fácilmente que cualquier dinosaurio carnívoro de gran tamaño jamás encontrado y de igual modo, alimentarse de cadáveres de otros dinosaurios. Su estructura mandibular nunca antes vista en otros terópodos era muy eficaz al momento de capturar peces y animales pequeños, así como a la hora de arrancar pequeños trozos de carne de animales muertos y de atrapar pterosaurios, y posiblemente, pequeños reptiles marinos. Sus mandíbulas estaban diseñadas para sujetar peces de un poco más de una tonelada de peso (el registro fósil indica que peces de este tamaño eran bastante comunes en su ecosistema) y otros animales pequeños con relación a su tamaño. Sus fosas nasales, ubicadas en la parte posterior del hocico, le permitían sumergir gran parte del mismo a una profundidad ideal mientras esperaba el momento oportuno para atrapar a un pez, además de ser útil a la hora de devorar una carcasa al sobresalir del agua o del cuerpo descompuesto de otra criatura. Su cuello largo y poco robusto, facilitaba a este animal, sumergir la cabeza en el agua y le daba la agilidad necesaria para capturar a las presas más escurridizas. Es probable que como en todo espinosáurido, la garra en el primer dedo de cada pata delantera fuese proporcionalmente más larga que la de los demás dígitos. Se cree que ésta era ideal para capturar peces o para perforar cadáveres. Con todas estas adaptaciones y características, el Espinosaurio estaba diseñado para llevar una dieta que incluía desde peces hasta carroña. Con una dieta tan variada, este carnívoro recibiría los nutrientes necesarios para proporcionar energía a su macizo cuerpo y a su vez, se mantenía activo sin necesidad de realizar mayores esfuerzos. Los nuevos descubrimientos nos indican que el Espinosaurio, a pesar de ser el dinosaurio carnívoro más grande que se haya encontrado hasta hoy, era probablemente un cazador especializado y un oportunista que si bien, no estaba provisto de las herramientas necesarias para derribar animales de gran tamaño, estaba hecho para capturar a la más escurridiza de las presas, desmintiendo la imagen de un monstruo imparable salido de una obra de ciencia-ficción y revelándonos “la verdadera cara del Espinosaurio”.


Fuentes:
  1. http://whenpigsfly-returns.blogspot.com/2008/01/feeding-adaptations-and-strategies-of.html
  2. http://scienceblogs.com/laelaps/2008/01/11/baryonyx-had-a-gharials-bite/
  3. http://en.allexperts.com/q/Wild-Animals-705/Spinosaurus.htm

Nuevas Especies Salen a la Luz

Muy buenas, estimados lectores. Hoy me complace traerles una noticia sobre la descripción y nomenclatura de dos nuevas especies de géneros terópodos anteriormente descritos.

Uno de ellos es el Alioramus altai, descubierto en el Desierto de Gobi, Mongolia en el año 2001 por un grupo de expedicionarios del Museo Americano de Historia Natural dirigido por Mark A. Norell y Michael Novacek. Recientemente, el espécimen fue nombrado por el estudiante de paleontología de la Uneversidad de Columbia, Stephen L. Brusatte. A diferencia de su especie hermana, el Alioramus remotus, este ejemplar posee un par de pequeños cuernos en frente de los ojos, similares a algunos de los tiranosáuridos posteriores que habitaron en Norteamérica, como el Gorgosaurio y el Albertosaurio y además es levemente más pequeño que la otra especie. Sin embargo, comparte el mismo “reborde pentálofo” (línea recta de cinco crestas) en la parte superior del cráneo con el anteriormente descubierto A. remotus. No obstante, es posible que ambos especímenes pertenezcan a la misma especie y que las diferencias que éstos presentan sean producto de características particulares entre macho y hembra.

La otra especie es el Nothronychus graffami. Este nuevo descubrimiento pertenece a uno de los grupos más extraños conocidos dentro del linaje terópodo: los terizinosáuridos, una de las pocas familias de terópodos herbívoros, mayormente conocidos en Asia y osiblemente originarios de ese continente. La palabra “Nothronychus” significa perezoso con garras, su binomial graffami le fue dado en honor a su descubridora Merle Graffam, quien encontró el fósil en el estado de Utah. Este espécimen es el tercer fósil de terizinosáurido descubierto en Norteamérica y parece ser además, el más primitivo, no sólo por ser más antiguo que su especie hermana, el Nothronychus mckinleyi, sino porque comparte más características con los terizinosáuridos asiáticos que con el anteriormente mencionado. De hecho, hay quien piensa que esta nueva especie pertenece a un género distinto, más cercano a los ejemplares asiáticos que al N. mckinleyi. Algo sorprendente sobre el descubrimiento de esta nueva especie de Nothronychus es que se halló en rocas marinas, lo que sugiere la posibilidad de que el espécimen haya muerto en una tormenta, siendo arrastrado hacia el mar, por lo que es posible que el animal haya vivido en las cercanías de las costas de Utah, que en aquel entonces era un pantano tropical cercano al mar.

Bueno, eso es todo por ahora.

10 de noviembre de 2009

Neovenatóridos: La Nueva Familia de Terópodos

Damas y caballeros, será para mí un honor anunciarles el evento paleontológico tal vez, más significativo del año, la adición de esta nueva familia de terópodos: los neovenatóridos. Este nuevo grupo fue nombrado por los paleontólogos Roger B. J. Benson, Matt T. Cerrano y Stephen L. Brusatte y pertenece a la superfamilia “Carcharodontosauria”, la cual a su vez forma parte del gran conjunto de los allosauroides. El clado “Neovenatoridae” (neovenatórido) contiene también al grupo “Megarraptora”, el cual contiene cinco géneros de dinosaurios. La familia de los neovenatóridos por ahora incluye a las siguientes especies: Neovenator salerii, Chilantaisaurio tashuikouensis y sibiricus, Australovenator wintonensis, Fukuiraptor kitadaniensis, Orkoraptor burkei, Aerosteon riocoloradensis y Megaraptor namunhuaiquii. Muchos de los anteriores tenían una clasificación dudosa o bien, no estaban completamente clasificados, pero con la adición de este nuevo grupo, ahora conocemos varios rasgos de esos allosauroides que nos dan a conocer que pertenecían a una familia con características particulares. Los neovenatóridos habitaron diversas partes de la Tierra desde principios del período Cretáceo, hace 128 millones de años A.C, hasta las etapas finales del mismo, hace 70 millones de años A.C.

31 de octubre de 2009

Nuevo Terópodo Descrito

Hola, en primer lugar.

Me complace traerles esta noticia sobre una nueva especie de terópodo recientemente descrita. Un carnívoro relacionado con el famoso Allosaurio, al cual han llamado Australovenator wintonensis. Sus restos fueron descubiertos a mediados de 2006 en Australia y hace poco en 2009, el Dr. Scott Hocknull lo describió y lo nombró, como el “Cazador del Sur” (significado de su nombre). El espécimen completo podría medir hasta 6 metros de largo y 2 de alto. Sin embargo, sólo una pequeña parte del esqueleto ha sido encontrada. Los fósiles sólo consisten en unas tres costillas, una pata trasera casi completa y de la otra, sólo la tibia, la parte inferior de los brazos, la parte delantera de la mandíbula inferior y varios fragmentos de garras. Aún así, es el terópodo más completo que se haya descubierto en Australia y el material fósil es suficiente para revelarnos a un eficiente cazador con brazos largos, garras afiladas y dientes finos y curvos. El Dr. Hocknull indica que este animal de constitución ligera pudo haber pesado aproximadamente 50 kilogramos, haciéndolo un animal liviano con relación a su tamaño, lo que quizá le pudo haber permitido alcanzar velocidades considerables mientras corría. Debido a que se trata de un hallazgo reciente, el Australovenator aún no ha sido completamente clasificado pero se piensa que pudo haber pertenecido a la misma familia del Neovenator, el Fukuiraptor y el Afrovenator. Sin embargo, sus restos demuestran claramente que se trata de un allosauroide primitivo que vivió a mediados del Cretáceo, desde hace unos 98 a 95 millones de años A.C.

He aquí una imagen con los restos encontrados comparados con la posible aparencia física del Australovenator y con el tamaño promedio de un un ser humano:



Y ¿cómo no? Aquí está la reconstrucción:

6 de octubre de 2009

T-rex: Un Evidente Depredador

Si comenzamos a hablar sobre un terópodo en particular, ¿cómo no comenzar con el más conocido de todos ellos?: ¡El poderoso Tiranosaurio rex! En esta ocasión, veremos desde una perspectiva las estrategias alimenticias que practicaba este legendario dinosaurio carnívoro. Y para aprovechar la oportunidad, informo que este tema será también en conmemoración a la fecha del 6 de octubre de 1905, día en que el T-rex fue descrito y nombrado por el paleontólogo Henry Fairfield Osborn, jefe de su descubridor, Barnun Brown.

Como sabrán, uno de las interrogantes más controversiales que se ha planteado la comunidad científica sobre el Tiranosaurio rex es si era un depredador o un carroñero. Se han realizado varios estudios y diversas teorías han sido planteadas durante años, y esta investigación aún continúa firme el día de hoy.
No obstante, estos días, la mayor parte de las pruebas apuntan de cierta forma, a un comportamiento predatorio y la mayoría de los científicos coinciden en este planteamiento. Según muchos paleontólogos, algunas razones por la que se puede afirmar que el T-rex practicaba la caza activa son las presentadas a continuación:

Los agudos sentidos del olfato y la audición estaban perfectamente diseñados para permitirle al Tiranosaurio rex localizar alimento a distancias considerables. Además, los ojos del Tiranosaurio tenía los apuntaban hacia el frente, lo que sugiere visión binocular, la cual es perfecta para hacerle ver una imagen a gran proporción de su entorno y para distinguir la distancia entre él y un punto fijo, tal como un cuerpo en movimiento. Esta adaptación es común en los depredadores. Algunos estudios han demostrado que su nervio óptico era pequeño con relación al tamaño de su cerebro, lo que implicaba que su sentido de la vista no fuera muy eficiente en la oscuridad (como se ve en Parque Jurásico). Por esa razón, es probable que, en la noche, dependiera de sus otros sentidos y del movimiento. Esto, por supuesto, implica comportamiento depredador debido a que si su audición fue potente, pudo escuchar cada uno de los movimientos de animales vivos y si su visión dependía del movimiento, entonces pudo haberla utilizado para divisar presas vivas, ya que es muy poco probable que viera un cadáver moviéndose. Ciertamente, su gran sentido del olfato puede se indicio tanto de un depredador, como de un carroñero. Sin embargo, también se debe tener en cuenta que depredadores, tales como los lobos, los osos e incluso otros dinosaurios como los dromeosaurios (raptores) poseían un sentido del olfato muy potente y no lo utilizaban sólo para divisar carroña.

Otro aspecto interesante es la disponibilidad de presas, tales como hadrosaurios, ornitomimosáuridos, ceratópsidos y ankylosáuridos. Los últimos dos grupos contaban con defensas formidables que podían usar contra carnívoros poderosos como el T-rex. Además, los otros carnívoros con los que el Tiranosaurio compartía su entorno eran demasiado pequeños y sin suficiente fuerza como para enfrentar y derribar a estos herbívoros y hasta ahora, el único terópodo en ese ecosistema lo suficientemente grande como para combatir a los mismos es el Tiranosaurio rex.

Además, no podemos olvidar su entorno. Se sabe que el T-rex vivía en bosques subtropicales, aunque también abundaban planicies inundables con poca presencia de árboles y más abundantes en vegetación baja. Estos lugares eran alimentados frecuentemente por ríos que nacían en valles cercanos y desembocaban en el mar. Es probable que el Tiranosaurio acechara oculto entre la vegetación alta de las zonas más exuberantes a las manadas de herbívoros que se alimentaban en las cercanías.

Otro dato a mencionar es la velocidad a la que corría este animal. Hay estimaciones que oscilan entre 30 y 70 km/h. No obstante, algunos científicos afirman que los músculos de las patas del Tiranosaurio eran considerablemente fuertes y proveían gran tracción a las mismas. Ellos establecen que el T-rex podía superar por mucho los 30 km/h como velocidad máxima, aunque ciertamente, si alcanzara una velocidad de 70 km/h el riesgo en una caída sería mortal, ya que al caer se quebraría expuesto a quebrarse la mayoría de los huesos del vientre y la parte pectoral e incluso, sus músculos, por lo que gran parte de los expertos sugiere la probabilidad de que el Tiranosaurio rex alcanzara una velocidad oscilante entre 40 km/h y 50 km/h, a las que el riesgo durante una caída sería mucho menor.Sin embargo, la velocidad a la que se movía este dinosaurio sigue siendo objeto de debate. Aún así, es bastante probable que el T-rex contara con adaptaciones formidables que le permitieran correr a velocidades altas para un animal de su tamaño.

Cabe también destacar que otros depredadores, como los carnosaurios y los megalosaurios no contaban con varias adaptaciones visibles en el Tiranosaurio, tales como la visión binocular, por lo que se podría decir que son mejores candidatos a considerarse carroñeros, mas, sin embargo, rara vez se considera que practicaban exclusivamente la necrofagia. Por consiguiente, si el Tiranosaurio tenía bastantes adaptaciones que bien pueden atribuirse a un depredador (y a uno muy formidable), no es raro que caiga en el mismo grupo que los linajes mencionados anteriormente como un enorme depredador.

Otro factor a considerar es el metabolismo del animal. Es imposible que el T-rex pudiera sobrevivir alimentándose exclusivamente de carroña y carne en descomposición, ya que tendría que caminar grandes distancias durante horas enteras en busca de carne muerta y considerando que ésta empieza a perder su valor nutricional en poco tiempo, esto abre paso a una contradicción: el Tiranosaurio no estaría recibiendo la energía necesaria para recorrer esos trayectos. Eso significa que el T-rex debía encontrar una fuente de alimento que le permitiera reponer energía a un ritmo bastante rápido y por si fuera poco, un animal de 12 a 15 metros de largo y de 5 a 7 toneladas de peso implica un metabolismo capaz de quemar calorías a un ritmo sorprendentemente rápido (considerando que, como las aves, los dinosaurios fueran endotérmicos). De modo que este tipo de dieta, aunque bien podría hacer que el T-rex se sienta "lleno", no le estaría proveyendo los nutrientes necesarios ni estaría reponiendo la energía que requería el dinosaurio para realizar largas caminatas, por lo que lo más probable es que muriera de hambre antes de llegar a la siguiente fuente de alimento.

Sin embargo, lo más sorprendente es el hallazgo de los fósiles de un Triceratops y de un Edmontosaurio con marcas de mordidas de Tiranosaurio, las cuales evidentemente sanaron y cicatrizaron, lo que sugiere que el Tiranosaurio los atacó en vida. Además, nuevos estudios sobre las mandíbulas del T-rex han revelado que éste podía ejercer una fuerza superior a las 4 toneladas de presión al morder, dotándolo de la mordedura más poderosa de todos los vertebrados terrestres conocidos (por "terrestres" entiéndase que caminan sobre la tierra, pues se tiene conocimiento de animales marinos con una fuerza mandibular superior). Esto indica que el T-rex debía lidiar con animales poderosos y, a menudo, recurrir a la violencia, indicando comportamiento predatorio, ya que de lo contrario, no necesitaría adaptaciones que hicieran de él, uno de los animales más fuertes de su ecosistema (si no el más fuerte).

En conclusión, podemos decir que el Tiranosaurio rex fue un depredador de artillería pesada en el mundo de los dinosaurios y aún lo sería si estuviese presente en la actualidad, arrebatándole al león el título de "el rey de la selva". Sin embargo, como todo animal carnívoro, si la cena ya estaba servida, no perdería la oportunidad de devorar un cadáver que se encontrara en su camino o de robárselo a otros depredadores. Todo es cuestión de supervivencia.

27 de septiembre de 2009

Bienvenido a Mundo Terópodo

Hola y Bienvenido a "Mundo Terópodo", el blog donde conocerá a los más terribles depredadores que hayan pisado la Tierra, los terópodos. Como introducción a este blog, me gustaría comenzar con una breve descripción y explicación de lo que conocemos como un dinosaurio terópodo, de modo que el lector comience con una idea más clara de lo que fueron estos sorprendentes animales y sobre los temas que se presentarán más adelante.

Los terópodos fueron un vasto grupo de dinosaurios saurisquios que variaban de forma y tamaño y vivieron desde finales del período Triásico hasta la extinción de los dinosaurios, a finales del período cretácico y colonizaron cada rincón del planeta. La palabra "terópodo" significa "patas de bestia" debido a la forma de sus patas traseras dotadas de dedos largos y afiladas garras y dicho término fue introducido a las ciencias por el paleontólogo norteamericano, Othniel Charles Marsh, en 1881. Los terópodos se caracterizaban por poseer patas traseras relativamente largas y fuertes que les permitían adoptar la postura bípeda y culminaban con cuatro dedos, de los cuales, el primero tenía un tamaño reducido con relación a los otros tres y en muy pocos casos tocaba el suelo. Por otro lado, se puede observar una característica tridáctila en las patas delanteras en la mayor parte de las ocasiones, aunque los más primitivos podían presentar desde cuatro a cinco dedos. Muchos terópodos poseían plumas y hasta alas que en algunos casos, les permitían levantar vuelo. Pero sin lugar a dudas, la característica más distintíva de este grupo es que alberga a todos los dinosaurios carnívoros. Éstos eran los miembros más notables del grupo y ocupaban su gran mayoría. Entre ellos estaba el veloz Velociraptor, el enorme Espinosaurio, el famoso Allosaurio, el astuto Troodón y por supuesto, el rey de los dinosaurios, el Tiranosaurio rex, por mencionar algunos ejemplos. Sin embargo, no todos los terópodos eran monstruos feroces. Los había también piscívoros e insectívoros y no podemos olvidar a los therizinosáuridos y los ornithomimosaurios, los cuales probablemente, pudieron alimentarse de vegetación o en otras palabras, se consideran herbívoros.

En este blog, usted verá el maravilloso mundo prehistórico en el que vivieron estos asombrosos reptiles, conocerá algunas curiosidades sobre estos sorprendentes dinosaurios mediante fichas interactivas, artículos, entre otros otros medios, y formará parte de un "Mundo Terópodo".